En un inicio, no me llamaba la atención para nada ver a Lady Gaga cantando en una película, lo único que tal vez me hubiera podido motivar a verla era que se trata de debut de Bradley Cooper dirigiendo, por otro lado sospechaba que probablemente estuviera nominada al Óscar por todo el barullo que hubo al respecto, razón por la que de todos modos iba a tener que verla para tenerla comentada aquí.
Cómo a priori no estaba muy animado para ver la película decidí hacer un ejercicio interesante y ver primero las 3 versiones predecesoras producidas en Estados Unidos (pues existe también una especie de adaptación india, pero que no es propiamente parte de esta 'saga' pues se trata de una secuela de otra película que toma elementos de la historia) y hacer una comparativa a través de los años y guardando las distancias de cada época, para hacerme una idea más justa de la película de Bradley Cooper.
Entonces llegamos a 2018 y tenemos que después de 42 años un nuevo remake de esta película, ya casi quemada, ha visto la luz. ¿Cómo se podía ofrecer algo nuevo y no visto antes? No lo sé y me quedaré sin saberlo tal vez, porque esta película está directamente relacionada con la versión del 76 y poco a nada tiene que ver ya con las dos primeras, pero sobre todo no ofrece mucho más que su antecesora, salvo algunos detalles que me han parecido acertadísimos.
Esta producción llevaba muchísimos años retrasándose una y otra vez en cierto momento se tenía como director nada menos que a Clint Eastwood, con Beyoncé de protagonista y barajándose varios nombres para el otro personaje como Christian Bale o Will Smith, pero nunca llegó a concretarse la producción, finalmente se contactó a Bradley Cooper para papel masculino, además de para dirigir el proyecto, algo sorprendente considerando que es un novato.
Algo que le reclamaba a las tres películas anteriores, sobre todo a la de 1976 era que no profundizaban en el personaje de Norman Maine/John Norman, y los origines y razones de su conducta autodestructiva que le han llevado a hacer añicos su carrera a través del alcohol. Aquí Bradley Cooper interpreta a Jackson Maine (ya no es Norman), un músico de Country Rock cuyo medio hermano, interpretado por Sam Elliott, lleva su carrera, y bueno lo mismo de siempre, luego de un concierto va a un bar de drag queens en el que se presenta Ally (Lady Gaga), quien trabaja como camarera en un restaurant.
No voy a ahondar en el resto de la historia pues ya se sabe como termina, pero lo más importante aquí es que Jack Maine tiene un conflicto muy interesante, pues el tipo tiene una enfermedad degenerativa que le está dejando sordo, sumado a eso tenemos que su relación con Bobby, su hermano y manager, no es la mejor, pues este vive con la herida de no haber sido cantante el mismo, a pesar de lo cuál es fiel a su hermano.
La narración de la película además está mejor equilibrada en esta versión, cada escena encaja en perfecta armonía unas con otras, no sentimos que la película se quede demasiado en un lugar, la historia es dinámica, incluso las secuencias musicales están muy bien colocadas y la película casi no se siente como un musical, si bien hay suficientes números como para considerarla un musical, las canciones están bien balanceadas con el progreso de la historia y están implicadas con determinados sucesos de la película.
A nivel de actuaciones debo decir que Bradley Cooper hace un señor papel, como ese cantante sureño imitando un poco ese acento que tiene por ejemplo Jeff Bridges, engrosando más la voz, la forma de caminar, la manera de interpretar los temas en el escenario, muy buena actuación. Lady Gaga cumple con su rol perfectamente, no voy a decir que es la mejor actriz del momento, pero está más que bien, sobre todo si consideramos que realmente ella no es actriz, aunque haya participado en algunas producciones. Cómo cereza en el pastel tenemos a un muy buen Sam Elliott, que interpreta con el corazón y los pocos minutos que aparece es muy conmovedor.
La banda sonora de la película es otro punto bastante positivo, las canciones no son muy de mi gusto pero van muy bien con la película, y tanto Cooper como Gaga potencian muy bien los temas, en especial me gustó el tema inicial, una especie de country rock estilo texas muy potente y como arranque está muy bueno. Un aspecto que no destaca especialmente pero es para tener en cuenta es la dirección de Bradley Cooper, ofrece un tratamiento muy moderno con diversos recursos, dolly, grúas, cámara al hombro, lo cuál facilita un montaje muy dinámico.
Luego de haber visto todas las películas debo decir que esta es la que más me ha convencido, y por supuesto que la recomiendo, no hagan caso a la gente que dice que si aburre, que si no vale, que si Lady Gaga esto o lo otro, la película está muy bien, el que no la valore será por otras cuestiones más subjetivas. Si tuviera que ordenar todas las películas de esta historia, esta la pondría como la mejor, definitivamente, luego colocaría a la versión de 1976, en tercer lugar al original y en cuarto lugar a la versión de 1954 dirigida por George Cukor.
Entonces llegamos a 2018 y tenemos que después de 42 años un nuevo remake de esta película, ya casi quemada, ha visto la luz. ¿Cómo se podía ofrecer algo nuevo y no visto antes? No lo sé y me quedaré sin saberlo tal vez, porque esta película está directamente relacionada con la versión del 76 y poco a nada tiene que ver ya con las dos primeras, pero sobre todo no ofrece mucho más que su antecesora, salvo algunos detalles que me han parecido acertadísimos.
Esta producción llevaba muchísimos años retrasándose una y otra vez en cierto momento se tenía como director nada menos que a Clint Eastwood, con Beyoncé de protagonista y barajándose varios nombres para el otro personaje como Christian Bale o Will Smith, pero nunca llegó a concretarse la producción, finalmente se contactó a Bradley Cooper para papel masculino, además de para dirigir el proyecto, algo sorprendente considerando que es un novato.
Algo que le reclamaba a las tres películas anteriores, sobre todo a la de 1976 era que no profundizaban en el personaje de Norman Maine/John Norman, y los origines y razones de su conducta autodestructiva que le han llevado a hacer añicos su carrera a través del alcohol. Aquí Bradley Cooper interpreta a Jackson Maine (ya no es Norman), un músico de Country Rock cuyo medio hermano, interpretado por Sam Elliott, lleva su carrera, y bueno lo mismo de siempre, luego de un concierto va a un bar de drag queens en el que se presenta Ally (Lady Gaga), quien trabaja como camarera en un restaurant.
No voy a ahondar en el resto de la historia pues ya se sabe como termina, pero lo más importante aquí es que Jack Maine tiene un conflicto muy interesante, pues el tipo tiene una enfermedad degenerativa que le está dejando sordo, sumado a eso tenemos que su relación con Bobby, su hermano y manager, no es la mejor, pues este vive con la herida de no haber sido cantante el mismo, a pesar de lo cuál es fiel a su hermano.
La narración de la película además está mejor equilibrada en esta versión, cada escena encaja en perfecta armonía unas con otras, no sentimos que la película se quede demasiado en un lugar, la historia es dinámica, incluso las secuencias musicales están muy bien colocadas y la película casi no se siente como un musical, si bien hay suficientes números como para considerarla un musical, las canciones están bien balanceadas con el progreso de la historia y están implicadas con determinados sucesos de la película.
A nivel de actuaciones debo decir que Bradley Cooper hace un señor papel, como ese cantante sureño imitando un poco ese acento que tiene por ejemplo Jeff Bridges, engrosando más la voz, la forma de caminar, la manera de interpretar los temas en el escenario, muy buena actuación. Lady Gaga cumple con su rol perfectamente, no voy a decir que es la mejor actriz del momento, pero está más que bien, sobre todo si consideramos que realmente ella no es actriz, aunque haya participado en algunas producciones. Cómo cereza en el pastel tenemos a un muy buen Sam Elliott, que interpreta con el corazón y los pocos minutos que aparece es muy conmovedor.
La banda sonora de la película es otro punto bastante positivo, las canciones no son muy de mi gusto pero van muy bien con la película, y tanto Cooper como Gaga potencian muy bien los temas, en especial me gustó el tema inicial, una especie de country rock estilo texas muy potente y como arranque está muy bueno. Un aspecto que no destaca especialmente pero es para tener en cuenta es la dirección de Bradley Cooper, ofrece un tratamiento muy moderno con diversos recursos, dolly, grúas, cámara al hombro, lo cuál facilita un montaje muy dinámico.
Luego de haber visto todas las películas debo decir que esta es la que más me ha convencido, y por supuesto que la recomiendo, no hagan caso a la gente que dice que si aburre, que si no vale, que si Lady Gaga esto o lo otro, la película está muy bien, el que no la valore será por otras cuestiones más subjetivas. Si tuviera que ordenar todas las películas de esta historia, esta la pondría como la mejor, definitivamente, luego colocaría a la versión de 1976, en tercer lugar al original y en cuarto lugar a la versión de 1954 dirigida por George Cukor.
La película, con un presupuesto de 36 millones de dólares ha recaudado un total aproximado de unos 400 millones de dólares en todo el mundo, por lo cuál no descartaría que volviéramos a ver en un futuro no muy lejano a Lady Gaga protagonizando otro musical o con algún otro papel importante en Hollywood, desde luego Bradley Cooper tiene una carrera asegurada como director, y como actor para mi ya ha demostrado que es un tipo que vale y puede hacer mucho más que comedias y payasadas.