Luego de haber comentado la versión original de A Star Is Born, estrenada en 1937 y producida por el legendario David O. Selznick, tuve que tomarme un descanso por mi cumpleaños, y ahora luego de una semana, regreso para comentar la segunda versión de esta clásica historia.
Básicamente, en 1952 se le propuso al experimentado George Cukor dirigir un remake (Si, ya existían en esos tiempos) de A Star Is Born (1937) protagonizado por la también legendaria Judy Garland (El mago de Oz), Cukor no estaba muy animado de trabajar con Garland quién en ese tiempo ya tenía fama de inestable y problemática, pero dado que el productor, Sidney Luft, entonces esposo de ella no iba a ceder, Cukor vio en esta película una oportunidad para dirigir su primer musical, además en color.
La película se estrenó en 1954, con Judy Garland y James Mason en los protagónicos. Lo primero que tengo que que nada más empezar es que el acabado visual de la película es infinitamente superior, pero no solo a nivel tecnológico, si no que más allá de compararla con el original, lo cuál sería injusto, la película a nivel de producción y de enfoque visual, se siente muy adelantada a su tiempo para haber sido filmada en 1953.
Las primeras diferencias en la historia, parten del punto de vista que esta película es un musical, por tanto Esther Blodgett/Vicki Lester (Judy Garland) en esta película va a ser una actriz de musicales. Esther trabaja como cantante de una orquesta que se dedica a viajar por el país, presentándose en cuanto lugar encuentran, en esta película dicha orquesta participan en un evento de Hollywood dónde Esther protagoniza un número musical interrumpido por un ebrio Norman Maine, es de este modo que se conocen nuestro personajes.
El primer acto acaba con la propuesta de Norman Maine a Esther para hacer un casting. De hecho los momentos esenciales del original están en este primer remake, las únicas diferencias recaen en el hecho de que al ser un musical y Esther un personaje que actúa en musicales, pues hay ciertos detalles que se tienen que adaptar para este tipo de historia, y lógicamente añadir los números musicales.
Hay un tema muy curioso con esta película y es que su metraje original fue de 196 minutos, luego reducido a 182 minutos para su estreno, llegando finalmente a un corte final de poco más de 150 minutos para distribución genera. Precisamente, tal vez la cosa más negativa que tenga esta película sea su versión "restaurada". En 1983 hubo cierta demanda para que se restaurara la película incluyendo varios números musicales, un poco a modo de recuerdo pues Judy Garland ya llevaba casi 15 años de fallecida.
Se recurrió a fotografías del rodaje para incluir secuencias cuyo metraje no apareció, pero del que sí se tenía registro de sonido. El resultado es, a mi modo de verlo, un completo desastre, en ese punto la película se me hizo confusa, además de estéticamente ser horrible el resultado, pues las fotografías no son muchas y son en blanco y negro, un verdadero despropósito que me dejó con la curiosidad de ver la versión de 154 minutos.
Los números musicales demuestra la destreza, energía y habilidad de Judy Garland y porque tiene el lugar que tiene en a historia del cine americano, hay un momento en concreto de una secuencia muy poco ortodoxa filmada en una especie de sala, dónde la mujer se da mil vueltas, mientras que va de un lado a otro y manteniendo siempre el personaje, realmente fue el momento musical que más me llamó la atención.
En general, esta película esta tan bien como la primera, evidentemente sin considerar las distancias del tiempo, lo único negativo es el detallito que comenté de la restauración, pero en general se mantiene el mismo esquema del original, funcionando como drama, como musical y como tragedia.
La película se estrenó en 1954, con Judy Garland y James Mason en los protagónicos. Lo primero que tengo que que nada más empezar es que el acabado visual de la película es infinitamente superior, pero no solo a nivel tecnológico, si no que más allá de compararla con el original, lo cuál sería injusto, la película a nivel de producción y de enfoque visual, se siente muy adelantada a su tiempo para haber sido filmada en 1953.
Las primeras diferencias en la historia, parten del punto de vista que esta película es un musical, por tanto Esther Blodgett/Vicki Lester (Judy Garland) en esta película va a ser una actriz de musicales. Esther trabaja como cantante de una orquesta que se dedica a viajar por el país, presentándose en cuanto lugar encuentran, en esta película dicha orquesta participan en un evento de Hollywood dónde Esther protagoniza un número musical interrumpido por un ebrio Norman Maine, es de este modo que se conocen nuestro personajes.
El primer acto acaba con la propuesta de Norman Maine a Esther para hacer un casting. De hecho los momentos esenciales del original están en este primer remake, las únicas diferencias recaen en el hecho de que al ser un musical y Esther un personaje que actúa en musicales, pues hay ciertos detalles que se tienen que adaptar para este tipo de historia, y lógicamente añadir los números musicales.
Hay un tema muy curioso con esta película y es que su metraje original fue de 196 minutos, luego reducido a 182 minutos para su estreno, llegando finalmente a un corte final de poco más de 150 minutos para distribución genera. Precisamente, tal vez la cosa más negativa que tenga esta película sea su versión "restaurada". En 1983 hubo cierta demanda para que se restaurara la película incluyendo varios números musicales, un poco a modo de recuerdo pues Judy Garland ya llevaba casi 15 años de fallecida.
Se recurrió a fotografías del rodaje para incluir secuencias cuyo metraje no apareció, pero del que sí se tenía registro de sonido. El resultado es, a mi modo de verlo, un completo desastre, en ese punto la película se me hizo confusa, además de estéticamente ser horrible el resultado, pues las fotografías no son muchas y son en blanco y negro, un verdadero despropósito que me dejó con la curiosidad de ver la versión de 154 minutos.
Los números musicales demuestra la destreza, energía y habilidad de Judy Garland y porque tiene el lugar que tiene en a historia del cine americano, hay un momento en concreto de una secuencia muy poco ortodoxa filmada en una especie de sala, dónde la mujer se da mil vueltas, mientras que va de un lado a otro y manteniendo siempre el personaje, realmente fue el momento musical que más me llamó la atención.
En general, esta película esta tan bien como la primera, evidentemente sin considerar las distancias del tiempo, lo único negativo es el detallito que comenté de la restauración, pero en general se mantiene el mismo esquema del original, funcionando como drama, como musical y como tragedia.
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