Luego de publicar la reseña anterior, me puse a recordar que casos me faltaban revisar para incluirlos aquí en esta antología de películas sobre serial killers, recordé el caso de Ed Gein, la prominencia que tuvo a nivel mediático y la influencia que ha tenido en tanto en cine como literatura en incluso en la música.
Edward Gein es uno de los personajes más aterradores en la historia de la humanidad, basta con mencionar que fue la inspiración y base de Norman Bates (Psicosis, 1960), Leatherface (La matanza de Texas, 1974) y Buffalo Bill (El silencio de los inocentes, 1990). Conocido como 'El carnicero de Plainfield', Gein fue internado en 1957 en el Instituto de Salud Mental Mendota, en Madison, Wisconsin. Tras de comprobarse su responsabilidad en un asesinato, se procedió a registrar su casa, durante esta inspección se encontró una serie de objetos, utensilios y 'prendas' de vestir fabricadas a partir de restos humanos, además de huesos humanos, cabezas disecadas, miembros conservados, etc.
Edward Gein es uno de los personajes más aterradores en la historia de la humanidad, basta con mencionar que fue la inspiración y base de Norman Bates (Psicosis, 1960), Leatherface (La matanza de Texas, 1974) y Buffalo Bill (El silencio de los inocentes, 1990). Conocido como 'El carnicero de Plainfield', Gein fue internado en 1957 en el Instituto de Salud Mental Mendota, en Madison, Wisconsin. Tras de comprobarse su responsabilidad en un asesinato, se procedió a registrar su casa, durante esta inspección se encontró una serie de objetos, utensilios y 'prendas' de vestir fabricadas a partir de restos humanos, además de huesos humanos, cabezas disecadas, miembros conservados, etc.
Sin embargo más allá de las películas que se sirvieron de la historia de Ed Gein como inspiración, también hubieron películas que contaban su verdadera historia, tal es el caso de esta, una modesta producción que se estrenó en el festival de Sitges del año 2000 y que posteriormente tuvo un estreno limitado en salas de Estados Unidos para luego pasar a VHS y más tarde a DVD. Partamos del hecho de que es una película de presupuesto bajísimo, casi un telefilm.
La película comienza con algunos fragmentos de entrevistas de la época hechas a gente del pueblo, luego nos trasladamos al cementerio de Plainfield, dónde una pareja busca soledad para besarse, cuando vemos a Ed desenterrando un ataúd, el de su madre, luego vemos que con la intención de 'revivirla' y es que aquí entramos en un punto importante de esta historia, la relación madre-hijo. La Madre de Ed Gein tuvo una gran influencia sobre él, basando su educación en la lectura de la biblia y en violencia, verbal por parte de ella, y física por parte de el padre.
La verdad es que si bien, he comentado en las reseñas anteriores que este tipo de personajes casi siempre acarrean una 'narrativa del personaje', es decir que no hay un conflicto establecido per sé, si no que vamos siendo testigos de las conductas del protagonista, construyendo el personaje a través de su conducta, decisiones, y en este caso también de su pasado, el cuál vemos a través de flashbacks que se presentan en determinados momentos, en los que Ed reconoce a su madre en situaciones cotidianas.
La verdad es que la película es bastante poca cosa y aburridita, tal vez se hace un poco más interesante si conoces el caso de Ed y tienes morbo de ver las cosas que hizo y todo aquello, pero lo cierto es que hay que poner bastante de tu parte, los actores son de medio pelo, pero dentro de lo que cabe cumplen, la calidad de la película es bastante de telefilm, como una película de esas que pasan un domingo en el canal más frío de todos.
Cómo puntos positivos cabe mencionar que la historia es bastante fiel a los hechos reales, así que tiene cierto valor documental, además la fotografía está bastante bien, aunque claro con un planteamiento visual sencillo, muy televisivo, pero bueno, realmente no se si recomendaría esta película, tal vez si no eres muy exigente y te interesa mucho ver cualquier material relacionado a Ed Gein, pues puede ser. Cómo curiosidad cabe añadir que la música de la película corre por cuenta de Robert McNaughton, el mismo que hizo la genial música de Henry, retrato de un asesino (1986).