Ayer domingo 24 de febrero, Green Book ganó el Óscar a la mejor película del 2018. Lamentablemente no pude ver todas las películas antes de la ceremonia, y además de la flamante ganadora, tampoco pude ver Vice (2018) de Adam McKay. El punto es que ahora acabo de ver la película de Peter Farrelly, conocido por El tonto y el más tonto (1994) y Loco por Mary (1998).
La pregunta cae por su propio peso, ¿Ha merecido Green Book el Óscar a mejor película? Lo pienso rápidamente y la respuesta es no. Más allá de la que la terna de esta gala ha sido de las más lamentables que se hayan visto en los últimos años, metiendo a la fuerza a una película de superhéroes que ni de broma ha sido la mejor del año pasado (en su género), y que no da la talla para luchar por la estatuilla, creo que solo BlacKKKlansman, La Favorita y tal vez Vice (porque no la vi) eran películas de nivel Óscar.
Tenemos en los protagónicos al ya dos veces laureado Mahershala Ali y al nominado Viggo Mortensen, empezando desde ahí ya hay un tema de controversia, porque innegablemente Ali se ha merecido el galardón en esta ocasión, porque en mi opinión la primera fue un regalo bastante extraño porque Michael Shannon y Jeff Bridges estaban bastante mejor, mientras que el personaje de Ali tenía una aparición breve, pero además desaparecía de forma desconcertante de la película sin ningún tipo de explicación, razón por la que además considero que le regalaron el Óscar a Mejor Guion y Mejor Película.
Y entonces tenemos que Mahershala Ali ya tiene dos nominaciones y dos premios y Viggo Mortensen con la carrera que lleva en Hollywood e innumerables papelazos que ha dado no tiene ningún premio, eso para mi es como mínimo sospechoso. De cualquier modo ambos actores están soberbios, Viggo Mortensen clavando el acento italoamericano de Nueva York además de interpretando en italiano en varios momentos, y Mahershala Ali ni que decir, habla además del inglés, ruso e italiano, y aunque aparece en cámara tocando el piano bien podría ser esto un truco de CGI como aquel que en el que vimos a Carrie Fisher rejuvenecida en Rogue One (2016).
Realmente la película está bastante bien, cuenta la historia de Tony Lip (Mortensen) un segurata del Copacabana, legendario cabaret neoyorquino operado por Joe Gallo (miembro de la familia Colombo) en su día, y que era habitualmente concurrido por múltiples miembros de distintas familias de la mafia, de hecho la película hace una ligera alusión a este hecho mostrado a líderes del crimen organizado asistiendo a este local. El hecho es que Tony se queda sin trabajo y se ve forzado (ya que es claramente racista) a aceptar un trabajo como chofer de un pianista negro llamado Don Shirley (Ali).
La historia a priori es la típica en la que alguien (generalmente blanco) racista se ve forzado por las circunstancias a interactuar con un afrodescendiente, y mediante esa experiencia logra superar su conducta racista y discriminadora, aceptando la diferencia y convirtiéndose en alguien distinto, historias de este tipo hemos visto millones, sin ir muy lejos tenemos las películas de 2016 Hidden Figures y Hell or High Water que estuvieron nominadas al Óscar hace un par de años, ya tenían este concepto en ellas, y muchas veces antes, otro ejemplo sería Al calor de la noche (1967) en la que Rod Steiger (el blanco sureño racista) termina aceptando a Sidney Poitier (el afroamericano) como excelente policía, ser humano e incluso amigo, dicha película por cierto ganó el Óscar a mejor película en 1968, entre otros premios.
Entonces la historia de la película no cuenta nada nuevo, las mismas que ya en tiempos de la segregación (y ahí si que representaban una necesidad de ser contadas) habían sido introducidas y que a lo largo de las décadas posteriores se han ido representando una y otra vez en pantalla. Hoy en día han resurgido este tipo de historias en Hollywood con el tema de la 'inclusión' y tenemos cineastas como Barry Jenkins, Jordan Peele, el propio Spike Lee que sigue dando lata con más de 30 años de carrera, todos ellos grandes realizadores pero que utilizan el cine como tribuna para refregar el tema del racismo y discriminación.
Digo todo esto, porque la película, si bien está muy bien realizada y tiene grandes interpretaciones realmente no es nada del otro mundo, es una película correcta, entretenida, bonita si queremos, deja enseñanzas, aunque un tanto cansinas, pero están. Pero si vamos a otras películas de la terna de este año, es que van mucho más allá artísticamente, por ejemplo La Favorita de Yorgos Lanthimos, solo en el acabado visual ya le da tres mil vueltas a Green Book, incluso en temática da luces sobre la forma de relacionarse de estas mujeres a inicios de 1700 y como "sobreviven" a la realidad que les toca vivir.
Green Book es una película predecible, que incluso en determinado momento y esto es un pequeño spoiler nos muestran que el personaje del Doc Shirley es un homosexual reprimido, pero la película no desarrolla este aspecto, lo dejan ahí, sin abordar el tema, se presenta como película reivindicadora pero luego se tira para atrás a la hora de reafirmar su posición.
Honestamente, la película está bien, pero no mata. Si la recomiendo, se pasa un buen rato, está entretenida, graciosa, ambos actores tienen mucha química, y deja el buen mensaje de aceptar a los demás por encima de diferencias sociales, sean raciales, políticas o religiosas por mencionar algunos aspectos, como dije antes este mensaje ya está más que quemado tenemos años luchando contra la discriminación, así que en ese sentido la película es redundante, pero no deja de valer la pena verla aunque sea una vez.
La pregunta cae por su propio peso, ¿Ha merecido Green Book el Óscar a mejor película? Lo pienso rápidamente y la respuesta es no. Más allá de la que la terna de esta gala ha sido de las más lamentables que se hayan visto en los últimos años, metiendo a la fuerza a una película de superhéroes que ni de broma ha sido la mejor del año pasado (en su género), y que no da la talla para luchar por la estatuilla, creo que solo BlacKKKlansman, La Favorita y tal vez Vice (porque no la vi) eran películas de nivel Óscar.
Tenemos en los protagónicos al ya dos veces laureado Mahershala Ali y al nominado Viggo Mortensen, empezando desde ahí ya hay un tema de controversia, porque innegablemente Ali se ha merecido el galardón en esta ocasión, porque en mi opinión la primera fue un regalo bastante extraño porque Michael Shannon y Jeff Bridges estaban bastante mejor, mientras que el personaje de Ali tenía una aparición breve, pero además desaparecía de forma desconcertante de la película sin ningún tipo de explicación, razón por la que además considero que le regalaron el Óscar a Mejor Guion y Mejor Película.
Y entonces tenemos que Mahershala Ali ya tiene dos nominaciones y dos premios y Viggo Mortensen con la carrera que lleva en Hollywood e innumerables papelazos que ha dado no tiene ningún premio, eso para mi es como mínimo sospechoso. De cualquier modo ambos actores están soberbios, Viggo Mortensen clavando el acento italoamericano de Nueva York además de interpretando en italiano en varios momentos, y Mahershala Ali ni que decir, habla además del inglés, ruso e italiano, y aunque aparece en cámara tocando el piano bien podría ser esto un truco de CGI como aquel que en el que vimos a Carrie Fisher rejuvenecida en Rogue One (2016).
Realmente la película está bastante bien, cuenta la historia de Tony Lip (Mortensen) un segurata del Copacabana, legendario cabaret neoyorquino operado por Joe Gallo (miembro de la familia Colombo) en su día, y que era habitualmente concurrido por múltiples miembros de distintas familias de la mafia, de hecho la película hace una ligera alusión a este hecho mostrado a líderes del crimen organizado asistiendo a este local. El hecho es que Tony se queda sin trabajo y se ve forzado (ya que es claramente racista) a aceptar un trabajo como chofer de un pianista negro llamado Don Shirley (Ali).
La historia a priori es la típica en la que alguien (generalmente blanco) racista se ve forzado por las circunstancias a interactuar con un afrodescendiente, y mediante esa experiencia logra superar su conducta racista y discriminadora, aceptando la diferencia y convirtiéndose en alguien distinto, historias de este tipo hemos visto millones, sin ir muy lejos tenemos las películas de 2016 Hidden Figures y Hell or High Water que estuvieron nominadas al Óscar hace un par de años, ya tenían este concepto en ellas, y muchas veces antes, otro ejemplo sería Al calor de la noche (1967) en la que Rod Steiger (el blanco sureño racista) termina aceptando a Sidney Poitier (el afroamericano) como excelente policía, ser humano e incluso amigo, dicha película por cierto ganó el Óscar a mejor película en 1968, entre otros premios.
Entonces la historia de la película no cuenta nada nuevo, las mismas que ya en tiempos de la segregación (y ahí si que representaban una necesidad de ser contadas) habían sido introducidas y que a lo largo de las décadas posteriores se han ido representando una y otra vez en pantalla. Hoy en día han resurgido este tipo de historias en Hollywood con el tema de la 'inclusión' y tenemos cineastas como Barry Jenkins, Jordan Peele, el propio Spike Lee que sigue dando lata con más de 30 años de carrera, todos ellos grandes realizadores pero que utilizan el cine como tribuna para refregar el tema del racismo y discriminación.
Digo todo esto, porque la película, si bien está muy bien realizada y tiene grandes interpretaciones realmente no es nada del otro mundo, es una película correcta, entretenida, bonita si queremos, deja enseñanzas, aunque un tanto cansinas, pero están. Pero si vamos a otras películas de la terna de este año, es que van mucho más allá artísticamente, por ejemplo La Favorita de Yorgos Lanthimos, solo en el acabado visual ya le da tres mil vueltas a Green Book, incluso en temática da luces sobre la forma de relacionarse de estas mujeres a inicios de 1700 y como "sobreviven" a la realidad que les toca vivir.
Green Book es una película predecible, que incluso en determinado momento y esto es un pequeño spoiler nos muestran que el personaje del Doc Shirley es un homosexual reprimido, pero la película no desarrolla este aspecto, lo dejan ahí, sin abordar el tema, se presenta como película reivindicadora pero luego se tira para atrás a la hora de reafirmar su posición.
Honestamente, la película está bien, pero no mata. Si la recomiendo, se pasa un buen rato, está entretenida, graciosa, ambos actores tienen mucha química, y deja el buen mensaje de aceptar a los demás por encima de diferencias sociales, sean raciales, políticas o religiosas por mencionar algunos aspectos, como dije antes este mensaje ya está más que quemado tenemos años luchando contra la discriminación, así que en ese sentido la película es redundante, pero no deja de valer la pena verla aunque sea una vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario